LA EDUCACION DEL PUEBLO
Referencia: (DOROTHY,
citado en, la educación en México, 2010, p. 154-236)
Los años
de la lucha armada
La ley de las escuelas de instrucción
rudimentaria fue aprobada por el decreto del sucesor de Díaz, el presidente
interino francisco León de la Barra, el 30 de mayo de 1911.
Dicha ley autorizaba al ejecutivo federal
a establecer escuelas de primeras letras en las que se impartirían en dos
cursos anuales, castellano, lectura, escritura y las operaciones fundamentales
de aritmética.
La enseñanza no sería obligatoria y no
afectaría a las leyes, futuras o vigentes, de estados, Distrito federal o
territorios.
Las escuelas estarían abiertas a todos,
preferentemente a los indígenas sin distinción de sexo ni edades, y para
estimular la asistencia se distribuirían vestidos y alimentos.
La ley permitiría al presidente, además,
combatir el alarmante índice de analfabetismo y tener presencia en regiones
alejadas.
Como ya se vio, para los pedagogos del
porfiriato la instrucción solamente era un medio para lograr la educación.
Quienes participaron en la encuesta de pañi coincidían en que impartir las
mismas enseñanzas abstractas a una población heterogénea podría convertir a las
escuelas en “fábricas de zapatistas” y en que la población indígena, “indolente
y perezosa” de cuya capacidad intelectual se dudaba, era un peso para “la
porción hispánica de la población”.
Para algunos, la federalización
educativa, es decir la acción del gobierno federal en las entidades, era un
atentado contra la autonomía de los estados, mientras otros, como el doctor
José Manuel Puig CasaLiranc, futuro secretario de educación, abogaban por la
centralización total.
El éxito de la escuela rural dependió, en
buena medida, de la habilidad del maestro para adaptarse al entorno y
negociar con padres de familia y grupos de poder local.
Experiencias revolucionarias
Referencia: (DOROTHY,
citado en, la educación en México, 2010, p. 154-236)
Los congresos nacionales y estatales no
dejaron de discutir, incluso ante los años más aliados de la lucha, el papel
del gobierno central, la modernización y extensión de la enseñanza, los
contenidos de estudio, entre otros.
Durante los gobiernos de Madero y Huerta
poco se hizo por la educación urbana. Ambos aumentaron los sueldos de maestros,
y el primero estableció comedores escolares.
Esta pedagogía, basada en la libertad y
en la razón, debería formar una juventud libre de prejuicios y fanatismos.
La lucha armada dio lugar a diversas experiencias educativas.
Los maestros que se había incorporado alas filas con frecuencia enseñaban las
primeras letras a la tropa o a su sequito,
mientras que las escuelas se cerraban.
Los vaivenes de la educación
Referencia: (DOROTHY, citado en, la educación
en México, 2010, p. 154-236)
Mientras la universidad nacional y el
gobierno sostenían una relación conflictiva, un grupo de intelectuales y
profesores, miembros del ateneo de la juventud, que se había formado en 1906.
En un intento por subsanar el olvido
oficial y acercar a los trabajadores a
la cultura, estos disientes crearon la universidad popular en 1911, con pañi
como rector.
La universidad nacional no pudo
desenvolverse al margen del movimiento revolucionario, como era el anhelo de
los universitarios.
La universidad y la preparatoria, en los
años de lucha, estuvieron sujetas a los vaivenes políticos. Carranza no solo
falto a su promesa de otorgar autonomía a la universidad, sino que la debilito
al separarla de la preparatoria y desligarla de la difusión cultural, una de
sus principales funciones.
La
escuela de altos estudios, por su parte, transito de impartir cursos en idiomas
extranjeros a una selecta minoría en sus primeros años, a formar maestros de
todos los niveles para diversas instituciones educativas del país.
Una nueva legislación
Referencia: (DOROTHY,
citado en, la educación en México, 2010, p. 154-236)
Según el artículo 3º dela nueva
constitución de 1917, la educación elemental oficial seria laica y gratuita; el
articulo 31 la declaro obligatoria.
Otros consideraban que la educación
debería ser laica en aras del bien común. En el constituyente se debatió tanto
el significado del concepto de “libertad”, como el papel del estado y su
derecho e intervenir en algunas áreas de la vida del país.
La reforma sanciono la intervención del
poder público en el ámbito educativo, pero no delimito claramente la funciones
de la federación ni emitió una ley que regulara las relaciones entre el orden
federal y local.
Con el cambio
constitucional, la preparatoria quedo bajo la dependencia del
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